martes, 15 de diciembre de 2009

Desde el otro lado

Estática...
Eso es lo único que consigo. La maldita estática.
El mundo se cae a trozos. Nadie puede venir a rescatarme o a hacerme compañía, y yo, la única respuesta que encuentro a mis llamadas, es la maldita estática de fondo.

Han pasado varios años desde que me quedé aquí encerrado, sin opción a poder salir al exterior. Esto que estáis oyendo, y dando por hecho que lo oye alguien, es un mensaje de socorro, o de apoyo para aquel que esté ahí, al otro lado de este aparato del siglo pasado.
Mi nombre es Jose Antonio, y soy víctima de la locura de mi propia especie.

El mundo se ha vuelto loco, y parece que nadie se dió cuenta a tiempo de hasta qué punto, la locura puede llegar a ser tan devastadora. Si abro la pequeña rendija de mi escondite para ver el exterior, lo único que puedo llegar a vislumbrar son escombros, hierro y hollín. Y un atardecer tan rojo, como el mismísimo corazón de un volcán, producto de las cenizas que flotan en el ambiente colapsado.

Te preguntarás por qué hablo desde aquí, a través de las ondas radiofónicas. Te preguntarás si me sirve de algo. Y la única respuesta que te puedo dar, es que no lo sé. Tan sólo lo intento, por si hay alguien ahí fuera.

Estoy atrapado en este cascarón de hierro y cemento, rodeado de soledad, y con el único sonido del viento filtrándose por los escombros del vecindario. Como podrás suponer, tú que estás al otro lado de la onda corta, es que no puedo decir dónde estoy. Mi ubicación debe ser secreta, por si a algún superviviente se le ha ido la chaveta, y piensa que mi refugio es ideal para asentarse. Echándome a mi del mío, claro.

Y pensar que el desencadenante de todo esto, fue algo que hoy en día no existe ni para llenar una probeta... Las bombas y el egoismo, hicieron que los mandos de los diferentes bandos de la guerra, quemaran todas las reservas de petróleo y gas conocidas, con la esperanza de dejar al oponente sin ideales por los que luchar. Pero se olvidaron de que a esas alturas de la guerra, los recursos naturales del entorno, ya no eran el motivo del enfrentamiento, ahora, lo único que alimentaba las armas y las bombas, eran el mismo odio y egoismo, que cargaron las mentes de los terroristas que estrellaron aquellos aviones en Nueva York hace casi veinte años. El mismo que llenaba la cabeza de los generales en la guerra del Vietnam y en el conflicto del Golfo. Los mismos gritos que provocaron la locura en la franja de Gaza. Y todo esto solo en aquel presente. Porque en el pasado, hubieron muchas voces como aquellas. Revolución Francesa, La conquista del nuevo mundo, las guerras púnicas, la invasión persa... Siempre el mismo motivo:

El poder.

El poder de unos pocos ha provocado la ira del planeta, y la advocación a la extinción de una especie que dominaba el entorno, y que allá por el 2009, era de casi seis mil ochocientos millones de personas, y que en cuestión de dos años, se mermó a menos de tres millones.

Y ahora, lo que antes era mi barrio, y desde donde yo emito este mensaje a la inmensidad de lo que fue mi hogar, el sonido del viento es lo que ha sustituido al sonido del agua y de los niños jugando en los columpios del parque. Ya no se ven balones de fútbol, ni tampoco bicicletas. Los pocos coches que se pueden divisar desde esta pequeña rendija, están tan deteriorados por el óxido, la radiación y las constantes lluvias ácidas, que mi propia mente va sustituyendo su imagen residual por esta otra, hasta que en unos años, olvide realmente cual fue su forma, como el mundo olvidó cual era el aspecto de los brazos de la Venus de Milo.

Y tú te preguntarás ¿Como has conseguido sobrevivir a estos años, estando solo? Yo mismo me lo pregunto desde hace meses, cuando dejé de escuchar las bombas y los morteros.

Allá por el 2011, las cosas ya estaban bastante difíciles para todos los que poblábamos las zonas "civilizadas", por llamar de alguna manera a las ciudades con un número amplio de habitantes. Yo vivía en una zona al sur de Madrid, y debido a la cercanía de la capital del país, nuestra ciudad era atacada con bastante asiduidad, así como las que nos circundaban. Vivíamos cómodamente en un bloque de dos plantas cuando la guerra aun no había estallado, hasta que un día en el que nosotros no estábamos en la ciudad, uno de los muchos ejércitos que sobrevolaban la zona, arrojó a la ciudad un gas nervioso que acabó con la mayoría de los vecinos que habitaban el pueblo, dejando el bloque completamente vacío y para nosotros.

A mi vuelta, y descubriendo lo ocurrido, decidí convertir el edificio de dos plantas en algo parecido a un refugio, con la esperanza de que si hacía bien lo que me proponía, pudieramos subsistir allí hasta que la guerra acabase, o al menos, hasta que el mundo volviera a ser un sitio en el cual poder vivir.

A través de los portales de internet que aun no habían sido borrados de sus servidores, y con la vastedad de toda una ciudad para avituallarme con todo lo que me hiciera falta, comencé mi trabajo.

El proceso fue excesivamente largo, por lo que ya lo contaré otro día, espero. Tan sólo deciros, que nunca pensé que unas revistas de pseudo-ciencia, mucha maña, y un ordenador, fueran capaces de obrar tal milagro. Hoy, tengo agua limpia y desinfectada, verduras, hortalizas, y cada cierto tiempo, carne animal, pero como dije, esto será otro día.

De momento, ahí lo dejo. Espero que este mensaje llegue a algún lado, y alguien lo escuche. Mientras hablo, está siendo procesado para que dentro de un rato, suene como si fuera un bucle, y así, yo poder irme, y que la radio siga emitiendo mi mensaje de esperanza. Otra cosa igual...¿Quien me iba a decir a mi, que una serie de televisión, "Caidos" creo que se llamaba, me iba a dar semejante idea?

Mi nombre es Jose Antonio, y tan sólo soy una voz de esperanza para muchos, a la espera de otra voz de esperanza para mí. Os espero e esta misma frecuencia de radio. Buenas noches.

Ya se apaga la luz....

2 comentarios:

  1. Recibido fuerte y claro! José Antonio no estás solo. En Argentina somos unos pocos en un refugio y pude poner en marcha la radio.
    Voy a transmitir cada hora hasta que respondas.
    Saludos y fuerza, la estatica terminó.
    Leo

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  2. Amigo de La Argentina... Vos sos un crack!!!!

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