viernes, 27 de noviembre de 2009

Conversaciones 4

-Gracias Miriam, como siempre, ha sido un placer. La próxima vez intentaré que la experiencia sea más satisfactoria.

- No se preocupe Don Luis, sabe que con usted siempre me esmero más de la cuenta, además usted es un cliente de los mas habituales, y qué menos que pasar por alto esta situación...

- Ya, pero es que me duele que te lleves esta impresión de mi. Nunca me había pasado nada parecido. Y ya sabes como me desenvuelvo en estos temas...

- ¡Uy! Calle Don Luis, que me va a hacer sonrojar. Quien me iba a decir a mi que con el tiempo que hace que le conozco, íbamos a acabar en esta situación. ¿Verdad?

- Pues si, la verdad. ¿Cuanto tiempo hace ya?

- Veintitres años. ¡Prácticamente desde que me bauticé!

- Es verdad hija mía...Cómo pasa el tiempo. Bueno, no me lío más que ya se me hace tarde, y no quiero que se me vea a estas horas de la noche, caminando sólo por estas calles. ¿Cuanto te debo Myriam? Que hoy mismo he hecho la cuenta de la recaudación, y está el dinero calentito y recién sacado del Banco.

- Por el completo, veinte mil. Como siempre. Pero la próxima vez que venga le haré un descuento, y si se porta bien, un dos por uno.

- Hija mía, no me digas esas cosas, que mi anciano cuerpo ya no aguanta tantos trotes...

- No sea modesto Don Luis, que usted y yo sabemos que trotar, lo que se dice trotar, es de lo que mejor se le da...

- ¡Ja ja ja ja! ¡Qué picaruela eres niña! Bueno, toma que te lo has ganado. Y espero verte el próximo Domingo en misa en la primera fila.

- Si Padre. Descuide. Allí estaré.

- Hasta el domingo entonces hija, ve con Dios.

- Y Usted, Padre. Y Usted.

2 comentarios:

  1. Je, esto anque se diga que no yo creo que pasa mucho por españa. A ver si aprenden los irlandeses, que más vale un cura llendose de putas que no violando niños

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