martes, 22 de diciembre de 2009

Desde el otro lado. Entrada IV

Hola a todos. Aquí estoy de nuevo intentando hacer más fácil la soledad a la que nos hemos condenado. Solo espero ver pronto a alguien en quien pueda confiar, porque la soledad de la que os hablo está haciendo estragos a mi mente.

Hoy voy a hablaros de un reporte que he recibido que me ha dejado sumamente preocupado. No sé qué significa, no sé a qué se refiere, y sinceramente, me ha metido el miedo en el cuerpo.

Hace unos días os hablé de un superviviente de Argentina. No entré en detalles, ya que yo tampoco tenía muchos sobre él, ya que la única referencia suya que poseía fue un escueto: "Saludos desde la Argentina. Mi nombre es Larmdh, y, créeme, no estás solo. Sigue con el trabajo que realizas, ya que estás llevando la esperanza a muchos hogares de La Tierra."

Bueno, es un más que escueto mensaje, pero la verdad es que no decía mucho, tan solo que en Argentina habían supervivientes, no sabía si muchos o pocos, pero alguno quedaba. Bien. Pues anoche por fin pude hablar con él, y lo que contó, aunque por un lado me llenó de esperanzas, por otro dejó un poco mermada la moral de mi espíritu. Os cuento.

La cosa por Argentina, según me contó Larmdh, no estaba tan mal. Él, como muchos otros, vive en un refugio junto a otras tres personas. Se dedicaban a servir de base de operaciones y de enlace entre unas cincuenta familias que trabajaban el campo como una cooperativa, en un territorio de unos mil seiscientos kilómetros cuadrados. Se comunicaban a través de una radio de onda corta y algún que otro walkie talkie de medio alcance, siendo mi nuevo amigo el eje central de todas las transmisiones. Pero en las últimas semanas, perdieron el contacto con todas ellas por lo que se quedaron solos sin saber la razón de aquella desaparición.

Tras varios días de caos e incertidumbre debido a los contínuos bombardeos de la zona, pudieron salir de su escondrijo, hasta que, afortunadamente, lograron restablecer el contacto con diez de aquellas familias. La mala noticia fue que éstas habían tenido que lidiar con varias bandas de desaprensivos como las que pueblan Madrid. Por lo que veo, la maldad mora en toda la superficie de la Tierra, y da igual en donde nos encontremos o la cultura a la que pertenezcamos. La maldad siempre sale a flote.

Por lo que me narraba Larmdh, estos salvajes actuaban como en la antigua Edad Media europea. Abusaban de las pobres familias robándoles sus reservas de comida, y, cuando se quedaban sin ellas o sus víctimas alegaban que no les quedaban casi provisiones, las bandas les obligaban a buscar más, o a doblar la producción de la misma para luego quedarse ellos con toda la cosecha.

La banda de salvajes, se hace llamar Los Cazadores, y a pesar de que no tienen mucha información sobre cuantos son o si están organizados, saben que al menos sí que están armados y no tienen ninguna clase de escrúpulos.

Me siguió contando, que hace tres días decidieron acabar con el problema de raiz, ya que suficiente tenían con intentar seguir con vida sin que nadie les bombardease, como para tener que aguantar a varios energúmenos sin poder hacer nada al respecto. Si la muerte les iba a ir a buscar, lo haría igualmente tarde o temprano, por lo que acordaron estar preparados la próxima vez que aparecieran.

Sabían que cada seis o siete días, aparecían por allí pidiendo su parte del diezmo dos o tres miembros de la banda. Se acercaban de poco en poco, según Larmdh porque el terror había hecho mella en las familias, y pensaban que estas no tendrían el valor suficiente para atacarlos. Pero estaban equivocados.

Larmdh y otros dos compañeros esperaron agazapados entre la maleza de uno de los caminos que conducían a una de las fincas de la comunidad. Al poco tiempo, escucharon el sonido inconfundible de cascos de caballo a lo lejos de la calzada de ripia. Las dos figuras orgullosas sobre sus monturas, no eran conscientes de lo que les iba a pasar a continuación. Al pasar a su altura, los tres argentinos se abalanzaron sobre sus acosadores, convirtiendo su mayor número y la sorpresa, en factor determinante para ganar la pequeña batalla. Después de que el polvo se diluyera del ambiente, uno de los caballos, asustado, echó a correr por donde había venido. Mala señal, ya que alertaría a los otros de la pérdida de sus jinetes.

La mala noticia fue que uno de los compañeros que formaba parte de la emboscada, reconoció a uno de los Cazadores como el violador de una de sus hijas, y la rabia contenida salió a flote de su cuerpo y allí mismo, enardecido por las circunstancias, la tomó a golpes con el asustado pandillero y acabó con su vida en ese mismo instante, sin dejar tiempo a sus compañeros a que lo separaran de su víctima.

Desde mi posición, no siento ninguna lástima por aquel desalmado. Bien muerto está. Las palabras salidas de la boca de Larmdh al contarme la furia de aquel amigo mientras acababa con la vida del pandillero, me hizo recordar el caso de Ida, la pobre superviviente de Getafe que tuvo que soportar las vejaciones de cinco niñatos que no paraban de golpearla mientras ella rezaba por no quedar embarazada. No la importaba morir allí mismo, simplemente no quería quedarse encinta. No sé nada de ella, prometió volver a hablar conmigo pasados unos días, pero aún no lo ha hecho.

Al menos, me contó Larmdh, logró sobrevivir uno de los acosadores, muy lastimado eso si, pero lo suficientemente vivo como para poder sacarle algo de información sobre sus amigos. Localización, número de miembros, armamento... ese tipo de cosas.

Además de hacerse con las armas de aquellos salvajes, tambien consiguieron un caballo. Para ellos es algo increible, ya que desde hace semanas es imposible encontrar ni siquiera una simple gota de gasolina, por lo que un caballo que les ayude a reducir el tiempo entre las distancias de las haciendas, es una ayuda caida del cielo.

Se han hecho con la zona, que era suya por derecho, pero ahora yo tengo miedo de que aquellos a los que han atacado vuelvan con mas fuerza a cobrarse lo que les han robado. Al menos se ha hecho justicia y Larmdh y sus compañeros están mas alegres y confiados. El poder que te da un par de armas cambia las circunstancias de cualquiera. Solo espero que no tengan que usarlas.

Ahora llega lo que os avisé que me tenía desconcertado. Larmdh me habló sobre imágenes de soldados que aparecían y desaparecían de repente, luces extrañas, personas agonizantes en medio del campo que de repente, desaparecían del horizonte como por arte de magia y sonidos espeluznantes en mitad de la noche, que con la misma velocidad a la que llegaron, se iban, sin dejar una pista de dónde provenían.

Larmdh me ha hablado de la posibilidad de que los ejécitos bombardearan las zonas con algún tipo de arma bilógica, aunque me ha expresado su paranoia aduciendo que esta es causada por su afición a los cómics, a mi me ha dejado un ligero amargor en el cielo de la boca, ya que no me parece para nada descabellada aquella idea, solo que aun no he oido a nadie hablando sobre nada de eso.

Espero que todo vaya bien. Ya por fin he conseguido arreglar los paneles solares y estoy a punto de conectar la torreta eólica de la gasolinera de al lado de mi casa con el suministro eléctrico que abastece mi "hogar".

Aquí todo sigue igual. No se ve ni un alma por las destartaladas calles y el sol aun no ha hecho su aparición en varios días. Este maldito polvo no se lo lleva ni un puto huracán. Espero que no dure mucho más así, ya que al final mis reservas de comida van a caer en picado, al no ser que idee algo con lo que solucionar el problema de abastecimiento de luz solar para mis hortalizas.

Acaba mi transmisión. Soy José Antonio, y estoy transmitiendo desde el otro lado.

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